jueves, 28 de febrero de 2013

ESPALDAS ▲ Las obras de Sorolla también recalan en Alicante, Elche y Xàbia | Comunidad Valenciana | EL PAÍS

Las obras de Sorolla también recalan en Alicante, Elche y Xàbia | Comunidad Valenciana | EL PAÍS


Detalle de 'Desnudo de mujer' (1910), el único desnudo que Joaquín Sorolla hizo de su esposa Clotilde.

150 años de Sorolla

E. M. Alicante
La consejería de Cultura de Valencia organiza exposiciones y actos para conmemorar el nacimiento del pintor mediterráneo

Las obras de Sorolla también recalan en Alicante, Elche y Xàbia

Cultura organiza varias exposiciones y actos con motivo del 150 aniversario de su nacimiento

El Mubag de Alicante alberga una muestra sobre Clotilde, la esposa del pintor valenciano


Exposición de obras de Sorolla en el Mubag de Alicante.


Este miércoles 27 de febrero se cumplen 150 años del nacimiento de Joaquín Sorolla. La obra de este pintor valenciano de fama internacional saldrá de Valencia para exponerse en Alicante, Elche y Xàbia, entre otras localidades. La consejera de Cultura, María José Català, pretende dar protagonismo y vida a la marca Sorolla y "reinventar la política cultural" a través del intercambio de exposiciones entre las diferentes administraciones porque "compartir cultura siempre enriquece".
La consejera ha inaugurado esta mañana en el Museo de Bellas Artes de Gravina (MUBAG) de Alicante la exposición Clotilde de Sorolla, un homenaje a la esposa del pintor Clotilde García del Castilllo a través de 147 obras, entre lienzos, dibujos, fotografías y objetos personales. La exposición cuyas obras son de "alta calidad y una poderosa intimidad", en palabras de la directora del Museo Sorolla, Consuelo Luca de Tena, se podrá visitar en Alicante hasta el 14 de abril.

La muestra recoge cronológicamente aspectos como el noviazgo de la pareja, sus primeros años de matrimonio, el nacimiento de sus hijos, el reconocimiento internacional de Sorolla, los cuidados de Clotilde a su esposo enfermo, la repercusión de la muerte del pintor o la vida de su mujer como viuda, que legó al Estado la casa y las colecciones del artista para hacer un museo en su memoria.

La exposición se completa asimismo con una serie de objetos personales de la familia, cartas, cuadernos y documentos e incluye la edición de un catálogo que recoge diversas obras del maestro, así como artículos que ahondan en la faceta personal de Clotilde García del Castillo, en la relación con su esposo Joaquín Sorolla y en su papel como fundadora del actual museo.


el dispensador dice:
pinturas de suaves espesuras,
cabellos y otras tinturas,
espaldas y sueños en curvas,
donde los deseos retumban,
bailes y miradas que turban,
sensaciones que se herrumbran,
hasta revolver las tumbas,
no todo lo que se dibuja,
termina siendo pintura...

juegos de luces y sombras,
pies detenidos sobre alfombras,
algunas miradas se retuercen,
mientras otras tantas se asombran,
el arte no guarda límites,
cuando se muestra, convoca...
allí los sentidos afloran,
enlazando recuerdos y horas,
cuando se cruzan los tiempos,
los sentimientos se añoran...
Febrero 28, 2013.-




PORTAL ▲ El grafeno multiplica la cantidad de electricidad que se obtiene de la luz | Ciencia | elmundo.es

El grafeno multiplica la cantidad de electricidad que se obtiene de la luz | Ciencia | elmundo.es

NANOTECNOLOGÍA | Estudio internacional con participación española

El grafeno multiplica la cantidad de electricidad que se obtiene de la luz

Representación del grafeno. | Instituto de Ciencias Fotónicas. Representación del grafeno. | Instituto de Ciencias Fotónicas.
La gran cantidad de investigaciones que se están llevando a cabo en todo el mundo para descubrir las propiedades del grafeno están convirtiendo a este material en el 'ladrillo' más prometedor para desarrollar nuevas tecnologías en sectores muy diversos. Su utilización para convertir la luz en electricidad y sacar el máximo provecho de la energía solar es la línea de investigación de un equipo internacional de científicos que acaban de publicar un nuevo estudio en la revista 'Nature Physics'.

Según aseguran, el grafeno es capaz de convertir cada fotón que absorbe en múltiples electrones (electrones excitados) que pueden conducir corriente eléctrica. Lo habitual en la mayor parte de materiales, señalan los autores de este estudio, es que un fotón absorbido genere un solo electrón. En el caso del grafeno, al producir muchos electrones, la señal eléctrica sería mayor. Su hallazgo, sostienen, podría representar una alternativa a las actuales tecnologías que se usan en energía solar y que se basan en semiconductores como el silicio.

El estudio ha sido realizado conjuntamente por investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) de Castelldefels (Barcelona), del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), en EEUU, y del Instituto de Investigación de Polímeros del Max Planc de Alemania. También han participado tres investigadores de la empresa Graphenea de San Sebastián, Amaia Zurutuza Elorza, A. Centeno y A. Pesquera.

Energía solar

Según señala Frank Koppens, líder de este grupo investigador del Instituto de Ciencias Fotónicas, del que también forma parte Klass-Jan Tielrooij, esta tecnología basada en el grafeno permite absorber la energía del sol con pérdidas mucho menores que en la actualidad: "Además de placas solares, que es un mercado muy importante y que está creciendo muy rápidamente, se puede utilizar esta capacidad de conversión eficiente en cualquier producto que utilice luz para producir electricidad, por ejemplo detectores de luz", afirma el investigador holandés a ELMUNDO.es.

El científico señala que "hay muchos grupos en todo el mundo que investigan las propiedades del grafeno en general, especialmente para utilizarlo en tecnologías de energía solar y para optoelectrónica (todas las tecnologías que dependen en la conversión de luz en electricidad). En el pasado, otros grupos ya descubrieron que el grafeno tiene unas propiedades que hacen que este material sea interesante para tecnologías de energía solar, por ejemplo, su capacidad de absorber la luz de varios colores", afirma Koppens, que trabaja con grafeno desde hace cuatro años.

En concreto, el experimento que describen en 'Nature Physics' consistió en mandar un número conocido de fotones a distintas energías a una fina capa de grafeno: "La investigacion que acabamos de publicar indica que la conversion de fotones absorbidos en electrones excitados (electrones con más energía, que pueden generar la corriente electrica) es muy eficiente. Más de de lo que se esperaba. La eficiencia viene de la capacidad de grafeno de convertir un fotón absorbido en múltiples electrones que pueden conducir corriente eléctrica. Esta capacidad no existe en muchos otros materiales que se usan ahora para placas solares, como el silicio", afirma.

Productos en el mercado

No obstante, señala que es muy difícil determinar cuánto tiempo falta para encontrar en el mercado productos basados en esta tecnología: "Hemos descubierto una capacidad favorable para la conversión de fotones absorbidos en electrones excitados, pero no hemos construido una placa solar", admite. Antes de que se puedan comercializar productos, afirma, habrá que investigar más sobre cómo se puede extraer eficientemente la corriente eléctrica del grafeno.

Pese a ello, se muestra optimista ya que "hay muchos investigadores, tanto en el mundo de la ciencia como en la industria", dedicados a intentar resolver estos inconvenientes. Asimismo, destaca la apuesta de la UE por el grafeno: "Ha decidido invertir 1.000 millones de euros en las investigaciones y tecnologías de grafeno". Una inversión que, apunta, podría "acelerar el lanzamiento de productos al mercado".

Un material 'excepcional'

El investigador se muestra convencido de que estamos ante un material extraordinario: "Tiene muchas capacidades excepcionales, como la de convertir luz en electricidad, y se van a descubrir muchas más", asegura. El grafeno es una lámina extremadamente delgada compuesta de carbono, de sólo un átomo de grosor. Es transparente, flexible, resistente y conduce muy bien la electricidad. Se obtiene del grafito, un material muy abundante en la naturaleza, o del grafito sintético.

¿Hay alguna desventaja a la hora de trabajar con grafeno?: "Sí, cada material tiene sus desventajas. Por ejemplo, el grafeno no absorbe mucho la luz aunque todo lo que absorbe se convierte en electrones excitados con alta eficiencia. Pero esta desventaja también puede ser una ventaja para algunas aplicaciones. Además, existe la posibilidad de aumentar la absorción del grafeno con varias tecnologias", añade.

En un momento en el que muchos investigadores españoles optan por irse de España debido a los recortes presupuestarios, el holandés Frank Koppens, que ha publicado una decena de artículos en revistas como 'Science' y del grupo 'Nature', decidió venirse a nuestro país.

Desde hace dos años y media lidera su grupo de investigación en el ICFO, un centro en el que asegura gozar de una gran libertad científica: "No fue difícil tomar la decisión de venir a España porque el nivel de investigación del ICFO está entre los mejores del mundo y sus instalaciones tienen unos estándares muy altos, algo esencial para que la investigación sea competitiva. Además, desde este centro se fomenta mucho que las innovaciones se conviertan en patentes y en productos concretos. Esta contribución a la sociedad, a través del [desarrollo] de mejores productos y la posibilidad de generar neuvos empleos en el futuro (por ejemplo, a través de 'spinoffs') es muy gratificadora", afirma Koppens.


el dispensador dice:
después de tiempos perdidos,
después de conocimientos extraviados,
después de soberbias esgrimidas,
después de argumentos robados,
después de pensamientos "impensados",
después de mezquindades y despreciados,
ha aparecido el portal,
en el mismo lugar donde había quedado,
cuando el hombre fue atrapado,
entre sus sombras y otros pecados...
portal descubierto por hallazgo,
casualidades de pelasgos,
de la luz y sus pasados,
de las dimensiones y sus huecos,
de las energías esenciales,
por donde otros viajeros han cruzado...
¿pretenderás hacer de esto otro negocio,
para excluir a tus hermanos?,
cuidado hombre, cuidado,
por el grafeno puedes quedar condenado,
tanto como lo has sido por el oricalco...
no sea esta circunstancia un calco,
de aquella por la que fuiste ahogado,
regresa a tus fuentes prudente,
ya que el portal abierto,
también podrá ser cerrado.
Febrero 28, 2013.-


miércoles, 27 de febrero de 2013

PARTE ► Colección Arte Contemporáneo, un caso insólito de mecenazgo

Colección Arte Contemporáneo, un caso insólito de mecenazgo

[foto de la noticia]

Colección Arte Contemporáneo, un caso insólito de mecenazgo

La Reina preside en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando la celebración del 25 aniversario de una de las colecciones privadas de arte más importantes de España

MARTA CABALLERO | Publicado el 26/02/2013

Mientras la ley de mecenazgo juega a la peonza en los periódicos y se resiste a salir de los despachos del Gobierno, el pasado reciente del coleccionismo español habla de casos ejemplares y adelantados a su época que vienen desarrollando esta práctica cultural tan cacareada hoy desde hace décadas. La Asociación Colección Arte Contemporáneo, que celebra estos días sus 25 años con una exposición en Madrid y cuyo aniversario preside hoy la reina Sofía, es quizá uno de los ejemplos más eminentes, un caso insólito de patrocinio cultural. Nació en 1987, cuando Julián Trincado, presidente aquellos días de Unión Fenosa, reunió a 30 empresarios que adquirieron el compromiso de contribuir a la conservación y divulgación del patrimonio artístico a través de una colección de arte. El objetivo era descubrir, rescatar y narrar la historia del arte español del siglo XX. Un comité de expertos dirigiría las adquisiciones a fin de de conformar una compilación coherente y más atenta al excelso coro de artistas de vanguardia españoles que a las grandes estrellas de la misma época, aunque entre sus filas figuran también dibujos de Dalí, Miró...

Desde los comienzos, la vocación fue la de conformar una colección privada abierta al público. Nunca, recuerda hoy María de Corral, su coordinadora, se buscó la compra de una obra para su exhibición en los despachos de las empresas. Esta es su mayor virtud, junto a su continuidad hasta el hoy más literal, pues no en vano sus dos últimas adquisiciones -un bodegón de los años 30 de Luis Fernández y una pieza de Hisae Ikenaga- se cerraron durante la última edición de ARCO. Son los nombres más recientes, pero en la exposición, comisariada por Eugenio Carmona (uno de los tres asesores junto a Simón Marchant y Antonio Bonet Correa) hay obras de Benjamín Palencia, Rafael Barradas, Maruja Mallo, Pablo Gargallo, Manolo Hugué, José Moreno Villa, Julio González, Antoni Tàpies y Ángel Ferrant, entre otros. "Es una selección representativa del arte español desde 1916 a 1956. Hemos llegado hasta ese año porque, aunque la guerra supuso un cambio, muchos de estos artistas siguieron creando hasta los años 50", explica de Corral.

Por desgracia, la ubicación habitual de la colección (en el Museo del Patio Herreriano de Valladolid, que la acoge desde 2002) hace que su popularidad a nivel nacional sea moderada, pues se sale del circuito principal del arte, pero esta situación no debe confundir al visitante que ahora acuda a conocerla, resuelve De Corral, pues su peso es muy importante dentro del coleccionismo español. En este sentido, no hay que olvidar que la primera vez que se montó la colección del Reina Sofía, 32 piezas de esta asociación viajaron al neonato museo madrileño, que sin ellas no habría podido presentar una colección coherente. "Si se quiere saber lo que ha sido el arte español entre 1916 hasta los 50 hay que recurrir a esta colección", remacha De Corral, que confía en que el patrimonio de esta asociación de 1.120 piezas continúe aumentando a pesar de los topetazos de la crisis: "De momento está afectando a las cantidades, porque la asociación integra a empresas muy grandes y a otras pequeñas, pero la colección continuará creciendo en Valladolid y será mucho mayor el día en que se apruebe una ley de mecenazgo", exige.

La exposición, que permanecerá abierta al público hasta el 10 de marzo en la Real Academia está dividida en cinco espacios. El primero está dedicado a las relaciones entre novecentismo y vanguardia, articulando el ámbito temporal trazado entre 1916 y 1956. El segundo, cronológicamente situado entre 1925 y 1933, plantea las alternativas entre las 'poéticas de lo real' y las propuestas que, desde la 'figuración lírica', configuran la matriz de las 'poéticas del signo y la superficie'. El tercero se centra en las 'poéticas de lo telúrico', de amplia implantación en la creación española. El cuarto espacio de las salas de exposiciones de la Real Academia muestra las 'poéticas de la forma', extendidas a la comprensión del "arte como objeto"; propuestas surgidas en las décadas de 1930 y 1940. Y, por último, el quinto espacio expositivo está dedicado a las variables de las sensibilidades plásticas españolas que caminan de la herencia del 'Arte Nuevo' hacia una nueva época.



el dispensador dice:
si quieres ser parte,
debes acudir al arte...
si quieres integrarte,
necesitas expresarte...
si quieres aislarte,
te refugiarás en el arte...
si quieres hablarte,
debes conversarte...
si quieres soñarte,
demandas desplegarte...
si deseas sombrearte,
debes antes asombrarte...
porque para existir en un mundo impresionante,
necesitas antes, despertarte.
Febrero 27, 2013.-

NO PUDE DECIRTE ▲ El niño que acabó siendo Picasso | Cultura | EL PAÍS

El niño que acabó siendo Picasso | Cultura | EL PAÍS

El niño que acabó siendo Picasso

Una muestra indaga en los primeros años malagueños del pintor


'Cenachero, croquis y caricaturas' (1899), obra de Picasso.
De niño, Picasso pintaba como un adulto, un dominio de la técnica y una seguridad que revelaban el talento precoz del hijo de José Ruiz Blasco. Picasso copiaba a su padre, profesor de dibujo y conservador del Museo Municipal de Málaga, quien adoctrinó al niño no solo para que siguiera sus pasos sino para que finalmente le ganase la partida. Algunos cuadros del padre se enfrentan ahora a los del hijo, formando parte de la singular exposición Picasso de Málaga. Obra de primera época. Inaugurada ayer en el Museo Picasso de la ciudad andaluza —que celebra su décimo aniversario— la muestra apunta al tuétano del genio.
Picasso de Málaga no solo fija el lugar de su ciudad natal en su imaginario de adulto (los toros, el sol, la cerámica, las palomas…), sobre todo nos pone en contacto con el niño que una vez fue el todopoderoso artista. Empujado, estimulado y arropado por una familia que no esperó de él otra cosa que el éxito: “Cuando yo era niño mi madre me decía: ‘Si llegas a ser soldado, serás general. Si cuando seas mayor eres monje, llegarás a ser Papa’. Pero en lugar de todo eso fui pintor y terminé siendo Picasso”.

“Pablo fue hijo de pintor, algo que muchas veces se olvida. Mamó desde niño un ambiente artístico que potenció su talento”, señala Xavier Vilató, nieto de Lola, una de las hermanas del pintor. Ella y su madre, María Picasso, guardaron cada dibujo, cada recorte, cada balbuceo artístico del niño. Para Malén Gual, conservadora del Museo Picasso de Barcelona, ese celo de la familia nos permite hoy conocer a la perfección la evolución del artista. “Cómo, por ejemplo, estando ya su familia en Barcelona, él viajaba en verano aquí y cómo, lejos de la losa de la academia, suelta la pincelada más que nunca”.

Para Vilató hay un rincón excepcional en la exposición, el que cruza los cuadros de palomas del padre con los del hijo. “Es para mí el gran símbolo”, dice. Picasso evocaba así las palomas de su padre: “Mi padre pintaba cuadros de comedor, de aquellos que tienen perdices o pichones, liebres y conejos. Su especialidad eran las aves y las flores. Sobre todo palomas y lilas. Lilas y palomas... Una vez hizo un cuadro enorme que representaba un palomar abarrotado de palomas... una jaula con centenares de palomas. Con miles y millones de palomas... Estaban puestas en filas como en un palomar: un palomar enorme”.


Natasha Staller: “Sus ideas fundamentales se fraguaron aquí”

No son millones de palomas, ya sabemos que todo genio exagera, pero el cuadro, pintado en 1878, ilustra hoy perfectamente esas raíces malagueñas, ese “paraíso perdido”, como señala el comisario Rafael Inglada, quien siente especial debilidad por un viejo pescador que Picasso pintó sobre los 13 años, justo después de visitar el Prado con su madre, “o el de la tía Pepa, maravilloso”. “Él vivió muy poco tiempo en Málaga, pero sus ideas fundamentales se fraguaron aquí”, asegura la catedrática estadounidense Natasha Staller.

El primer óleo que se guarda de Picasso es una marina que copió a su padre (que a su vez la había copiado de otro pintor de la época), la pintó con ocho años, a escondidas, debajo de una cama, iluminado por una vela. En una ocasión Picasso le dijo a Brassaï que cuando dibujaba a un hombre siempre pensaba en los rasgos de su padre, del que conservaba como un talismán la paleta y la caja de pinceles que le dejó a su muerte. Con los años Picasso mató al padre, al que retrató con una fuerza insólita y casi oscura, con nariz y manos totémicas, y también se alejó de Málaga. Su última visita es una zona misteriosa de su biografía. Viajó al sur con su amigo Carlos Casagemas para sacarle de la fuerte depresión que padecía, pero por alguna razón lo abandonó en la ciudad andaluza. Cuando Casagemas vuelve a Barcelona se suicida y Picasso no regresa ya nunca más a la ciudad que, de la mano de su padre, le empujó a pintar.

El ‘Retrato de la madre del artista’ ocultaba un inédito | Cultura | EL PAÍS

El ‘Retrato de la madre del artista’ ocultaba un inédito

La restauración de un óleo de Picasso descubre un dibujo


'Retrato de la madre del artista', la obra restaurada y la obra desconocida del autor localizada en su reverso. / MUSEO PICASSO DE BARCELONA

De perfil, medio adormecida, con la cabeza inclinada y los párpados cerrados, como si descansara tras una jornada agotadora. Así pintó Picasso con 15 años a su madre María en 1896, en Retrato de la madre del artista, una de las obras más representativas de la producción del joven pintor. La obra ha sido sometida a un proceso de restauración y estudio exhaustivo en el Museo Picasso de Barcelona, donde se expone. Tras retirar el cartón que daba rigidez a la pintura en pastel, ha quedado al descubierto un dibujo al carbón inédito: un personaje masculino fumando en pipa, pintado de forma invertida respecto a la figura de la madre.

Para Reyes Jiménez, jefa de restauración del museo, “no hay duda de que la pintura desconocida es anterior a la de su madre, ya que en caso contrario habría destruido la pintura al pastel en el momento de realizarse”. La especialista mantiene que el personaje con pipa es semejante “en técnica, interpretación del claroscuro y papel usado” a Busto de caballero del siglo XIX, otra obra propiedad del museo. Este dibujo presenta dos marcas en sus vértices superiores: a la derecha un 2 y a la izquierda las iniciales IB, “posiblemente perteneciente al visto bueno de su profesor en A Coruña, Isidoro Brocos, por lo que los dos se tratan de ejercicios de formación”. El dibujo inédito, según la restauradora, denota que Picasso tenía un gran control de la difícil técnica del pastel ya en Galicia, “por lo que en esta ciudad ya había alcanzado un nivel de conocimiento pictórico mayor de lo que pensábamos”, subraya.

Según Jiménez, mientras que el modelo de inspiración del busto del caballero fue una terracota datada en 1878 en Sevilla, para el personaje de la pipa, Picasso se habría basado directamente en una pintura o un grabado.

Retrato de la madre del artista, es una de las 921 obras que el propio Picasso donó en 1970 al museo de Barcelona con pinturas que su familia, su madre, hermana y sobrinos, tenían en la ciudad, la mayoría integrada por óleos y dibujos de su etapa infantil y juvenil. “Con el tiempo el cuadro se ha deformado por las tensiones provocadas por el soporte y estaba en peligro de fractura y de supervivencia”, explicó Jiménez. Ahora, se ha eliminado el soporte secundario, aplanado las deformaciones y reintegrado las pérdidas del material del soporte y del color.

Hasta el 7 de abril las tres obras: el original restaurado, su reverso y el otro dibujo de formación, se pueden ver en una presentación excepcional, en la sala neoclásica del palacio del Baró de Castellet, uno de los edificios que conforman el Museo Picasso. La estancia, fechada en el siglo XVIII y decorada a la moda afrancesada que el barón descubrió tras un viaje a San Petersburgo, es uno de los pocos ejemplos conservados de este estilo en Barcelona. También se ha restaurado recientemente, tras invertir 30.000 euros. Tras la exposición, la pintura volverá a su lugar de exhibición habitual y la parte trasera solo se podrá ver de forma excepcional.

La primera comunión, el primer gran lienzo académico pintado en 1895 por Picasso, y la serie de Las Meninas, serán las siguientes obras que pasarán, cuando se encuentre financiación, por el taller de restauración. El Museo Picasso nació en 1963, ahora hace 50 años. El aniversario coincide con el cambio de estatus de este centro dedicado a la exhibición y estudio de la obra del genial pintor malagueño, sobre todo de su etapa de formación. El pasado 21 de diciembre, el pleno municipal aprobó, con el apoyo de todos los grupos, cambiar que la gestión del centro pase directamente del ICUB a una fundación llamada Fundación Museo Picasso de Barcelona. En los próximos días se constituirá el patronato en el que estarán representados el Ayuntamiento (que seguirá conservando la titularidad de los edificios y de las 3.800 obras de la colección permanente) y la Fundación Barcelona Cultura, compuesta por una veintena de grandes empresas españolas como La Caixa, Telefónica o Repsol.


el dispensador dice:
no pude decirte,
que detrás del niño había un adulto triste...
no pude decirte,
que detrás de aquel niño,
había vidas honradas en inocencias silentes...
no pude decirte, 
que las circunstancias son,
según los ángulos que las asisten...
no pude decirte,
que no estaba en mis manos,
el don de dibujar lo que existe...
no pude decirte,
que afinaba mi alma,
en un pentagrama de silencios persistentes...
no pude decirte,
que mi espíritu no había venido a jugar...
tampoco a aceptar ni siquiera a tolerar...
que era demasiado importante un mensaje dejar,
a efectos que otros, más tarde,
pudieses entender y soñar...
no pude decirte,
que no te podía pintar,
aún sabiéndote amar,
no tenías nada para decirme,
tal vez por ello,
no te pude, ni te quise escuchar...
no pude decirte,
que ningún tiempo me pudo contener,
como tampoco ninguno me puede portar,
ya que a pesar del cuerpo,
sigo estando en mí mismo, transitando un más allá...
no pude decirte,
que uno debe enaltecer el valor de la libertad,
al precio que sea,
porque nada nos pertenece,
ni siquiera la piedad...
no pude decirte,
que uno nada se puede llevar,
más que el afecto sembrado,
en el espíritu de la eternidad,
ese ángulo que aquí se llama amistad...
no pude decirte,
que vine bajo el designio de la sensibilidad,
por ende sabiendo ver,
que hay detrás de cada intencionalidad...
no pude decirte,
que nada ni nadie me puede engañar,
salvo que ése sea el deseo del eco de aquello que no se debe cambiar...
no pude decirte,
que veía las auras vibrar,
que había ángeles que me podían ayudar,
que había una consciencia que siempre me habría de guiar...
no pude decirte,
que he aprendido a cruzar el umbral,
que sé de túneles,
y de cielos cambiar...
no pude decirte,
que no puedo cantar,
que llevo los acordes en mi alma,
siempre vestidos de Bach...
no pude decirte,
que sé lo que significa llorar,
que no tiene precio,
aquello con lágrimas se puede interpretar...
no pude decirte,
que me cuesta reir,
pero que he sabido asistir,
a la vida con el humor que contribuye a aceptar...
no pude decirte,
que nunca entendí qué significa apostar,
que en mi esencia sólo asumo el sentido de "amar"...
entendiendo que nadie es de nadie,
más que un dejarse llevar bajo el sentido del "acompañar"...
no pude decirte,
que amar no es herir,
ni tampoco empujar,
sino compartir el momento,
que al no repetirse... no volverá...
no pude decirte,
que irme implica no regresar,
que la mirada queda hacia adelante,
y que la historia permanece sólo por detrás...
no pude decirte,
que no está en mis fibras,
discutir, tampoco pelear,
el tiempo que se lastima no se puede recuperar...
no pude decirte,
que estar presente,
puede significar "no estar",
así como no pude decirte,
que estar ausente,
puede significar "estar",
porque lo que es del alma,
no se puede traducir,
ni siquiera explicar.
Febrero 27, 2013.-






martes, 26 de febrero de 2013

FANTASMAS ▲ Conversaciones con fantasmas | Cultura | EL PAÍS

Conversaciones con fantasmas | Cultura | EL PAÍS

Conversaciones con fantasmas

Una exposición de Nicolás Combarro en el Instituto Francés de Madrid bucea en la labor del creador a través de media docena de series fotográficas


Una de las imágenes expuestas en 'Intervenciones. Diálogos con la arquitectura'. / Nicolás Combarro

Frente a la vista, varios postes hechos de cemento. Se levantan alineados y altivos, grises. Solitarios. Todo lo que les rodea hasta donde alcanza el encuadre es un campo de piedra granítica y un cielo plomizo que amenaza con aplastarlos. Ni rastro de humanidad. Sin alma. Y sin embargo, y para sorpresa del espectador, esa pintura industrial negra que los cubre comienza de repente a hablar. Dice que alguien pasó por ahí. Y mimó aquellos postes. Les pregunto por su función, por su valor, su pasado y futuro. El lugar que ocupan en el mundo. Y ellos dan su respuesta. Entablan una conversación con el artista, quien a su vez amplifica su voz y la hace audible para todo el que la quiera escuchar. Y mirar, porque en el fondo, todos los sentidos son uno. Y todos los materiales son el mismo.

Como recordatorio y recorrido por casi una década de investigaciones, la exposición de Nicolás Combarro, Intervenciones. Diálogos con la arquitectura, en la recién inaugurada Galerie du 10 del Instituto Francés de Madrid, que se dedicará a mostrar la obra de jóvenes artistas, tanto españoles como franceses, bucea en la labor del creador gallego a través de media docena de series fotográficas interrelacionadas, enlazadas las unas con las otras por medio de su primera y última imagen. Parajes desolados y desoladores en los que la esencia del hombre pervive a través de edificios en construcción o derruidos, nunca en uso, resucitan a través de la acción ejercida sobre ellos. Y se llenan de personalidad en ausencia absoluta de personas.

Marcando líneas rectas y quebradas que ponen de relevancia el carácter en origen abstracto de la arquitectura, o añadiendo maderos que multiplican su función y propósito, Combarro (A Coruña, 1979) consigue casi un imposible: modular las leyes de la física, reduciéndolas a pura percepción. De la tridimensionalidad de la intervención in situ, llevada a cabo siempre con materiales relacionados con el edificio sobre el que se está trabajando, la fotografía que documenta el proceso facilita el salto a las dos dimensiones. Y los zigzagueos y las fisuras que la pintura marca sobre las paredes, las columnas o los suelos crean juegos con los que el espacio vuelve de nuevo a cobrar volumen ante los ojos, dividiéndose y multiplicándose.

Con el espíritu huidizo de un anacoreta, el artista ha recorrido el mundo en busca de no lugares a los que insuflar su espíritu y devolver a la vida que una vez tuvieron y para la que fueron inicialmente concebidos, no se sabe ya cuándo ni por qué. Sus viajes le han llevado de Asturias a Brasil o Argentina, aunque podría haber sido cualquier sitio, en cualquier contexto del presente. Hallar el enclave adecuado puede suponer tanto tiempo y esfuerzo como la propia intervención. Simplemente, porque no deja de ser un paso más con el que desarrollar y formalizar el proceso creativo.

Que las construcciones sobre las que actúa y modifica sean enclaves abandonados, inermes, le sirve a Combarro para dejar su impronta con mayor definición. Esos lienzos en forma de inmuebles de los que se vale le hacen más caso si se encuentran frente a frente, sin intermediarios ni transeúntes. Al interactuar en tiempo real con los objetos, el curso de la creación cobra además un carácter efímero. El trabajo se torna en instante fugaz, en momento irrepetible e irrecuperable. Congelado en el tiempo por gracia de la fotografía, ese presente pasajero se transforma en recuerdo poético, en memoria perdurable.
Intervenciones. Diálogos con la arquitectura. Galerie du 10 del Instituto Francés de Madrid. Marqués de la Ensenada, 12. Hasta el 27 de marzo. Entrada libre.


el dispensador dice:
fantasmas agitados,
espíritus cruzados,
tiempos trastocados,
túneles cortados,
¿dónde te has quedado?,
¿qué sueño te ha impregnado?,
¿por qué no has regresado?,
acaso, ¿estaba el camino cortado?,
¿o es que has quedado adherido a intensas densidades,
o quieres conservar lo que se te ha pegado?,
¿por qué permaneces en este lado?,
¿tienes temor de regresar al hado?,
¿has perdido algo, o has olvidado?,
¿dónde están los sentidos abrigados?,
¿te persiguen los fracasos?,
¿crees que alguien te está esperando?,
libérate,
sigue de largo,
siempre hay una letra que contiene tu trazo,
lo que has escrito ya ha sido plasmado,
cuando ya no hallas suelo,
siempre habrá un sueño brotando...
Febrero 26, 2013.-

OJOS LIMPIOS ▲ El último verano de Alex Katz | Cultura | EL PAÍS

El último verano de Alex Katz | Cultura | EL PAÍS

El último verano de Alex Katz

La serie 'Summer in Maine' del artista estadounidense viaja a la galería Javier López de Madrid


'Two Women', 2012, óleo sobre lino de la serie 'Summer in Maine' de Alex Katz.

Es la rutina de siempre, el paisaje de siempre y los amigos de siempre. Como cada verano Alex Katz se traslada a Maine para disfrutar con los suyos de los meses de calor y, como cada verano, pinta sobre lo que le rodea, ese mundo de rostros de mujeres hermosas, amigos interesantes y tiempo eternamente ligero y suspendido. Una parte del último verano de Katz (Nueva York, 1928) está ahora en Madrid, en la galería Javier López, representado en la serie Summer in Maine. Cuadros de grandes dimensiones, unos de flores y otros de mujeres con sombrero y gafas de sol. “Siempre me han gustado los sombreros y las gafas de sol porque son artificios maravillosos de nuestro tiempo”, explica el artista en conversación telefónica desde Nueva York. “Hay sueño y fantasía conectada a las gafas y sombreros. Me gusta el glamour, lo que para muchos es superficial para mí es real y positivo. No sé, ya hay demasiada gente haciendo cosas oscuras, en serio, son demasiados…”


Alex Katz. / Pablo Zuloaga

Nada que objetar al mundo perfecto de este hombre de origen ruso nacido en Brooklyn que ha logrado convertir sus retratos en símbolos de cierta clase rica y bohemia y el bello rostro de su mujer, Ada (imperturbable bajo el sol de Maine o bajo la lluvia de Nueva York) en icono absoluto de su obra. Con sombrero o con pañuelo, la intimidad de Ada forma ya parte de la historia del arte de la segunda mitad del siglo XX. “Esa fue mi intención desde siempre: convertir en universal algo tan pequeño como mi intimidad”.

Katz divide su tiempo y su trabajo en la temporada de invierno y la de verano. “Mi verano se extiende hasta noviembre, que es cuando suelo acabar, ya en Nueva York, los cuadros que empecé en Maine. allí solo tomo apuntes, de muchas cosas, y luego esos apuntes van evolucionando. Es el propio cuadro el que decide su tamaño final”. Flores y cabezas iluminadas por el sol y por los impagables colores de Katz: “La luz de Maine me gusta mucho, es diferente, muy diferente a la de Nueva York. Desde la primera vez que fui allí decidí que no quería dejar de verla el resto de mi vida”.

Pese a su intensidad, los cuadros de Katz poseen una extraña cualidad: no hay melancolía en ellos. “Mi obra habla del presente, mi tiempo es el presente. No hay narrativa, no existe pasado. Nada de lo que vemos en ella desaparecerá”.



La obra 'White Impatiens 1', 2012, ´´oleo sobre lino, de Alex Katz.


el dispensador dice:
imágenes simples,
relieves sensibles,
colores visibles,
sensaciones intangibles,
miradas atendibles,
expresan y dicen,
magias que predicen,
tiempos que viven,
momentos queribles,
no pronuncias,
simplemente, llevas lo que viste...
el recuerdo es aquello que insiste.
Febrero 26, 2013.-

lunes, 25 de febrero de 2013

EN BUSCA DE UN TIEMPO || À la recherche du temps perdu ||Fiebre manuscrita | Cultura | EL PAÍS

Fiebre manuscrita | Cultura | EL PAÍS

Fiebre manuscrita

Después de 30 años leyendo a Proust, he visto por primera vez de cerca su letra



Cahier 12, de Marcel Proust, de 1909. / BnF, Dist. RMN-Grand Palais

Marcel Proust tenía una letra rasgada y diminuta y escribía sobre cualquier superficie que tuviera a mano. Escribía en estrechos cuadernos verticales quizás pensados para ajustarse a los bolsillos de una chaqueta o un abrigo de su época, cuadernos diseñados con una elegancia mundana de pitilleras o petacas de licor. Escribía en baratos cuadernos escolares y en hojas a veces no más grandes que un papel de fumar, en reversos de sobres, en páginas arrancadas de agendas. Escribía en los márgenes y entre las líneas de las copias mecanografiadas de los capítulos de su novela inacabable y en el reverso en blanco de esas mismas páginas. Escribía sobre las galeradas ya compuestas y a punto de editarse.

La letra inclinada y mínima se infiltraba como raíces y tentáculos de una planta trepadora entre las líneas rectas y los márgenes fijos del texto impreso, que así recobraba su condición de borrador, de obra en marcha que no puede darse nunca por terminada mientras dure la vida y la imaginación permanezca activa. Lo que había parecido definitivo ahora sucumbía a tachaduras en aspa y borrones furiosos. A lo ya terminado y corregido le brotaba la hiedra selvática de nuevas ocurrencias, de vínculos recién descubiertos y de hilos de intuiciones que era preciso seguir.

Escribiría hasta quedarse sin fuerzas, hasta que la mano ya no pudiera seguir sosteniendo la pluma, bajo la luz eléctrica de su dormitorio

Él mismo comparaba sus trances de inspiración a golpes sucesivos de olas contra una orilla en la que el mar no se apacigua nunca. En sus cuadernos verticales de anotarlo todo cabe igual una metáfora inusitada que un comentario trivial escuchado al paso por la calle o que uno de esos giros pomposos que infectan de un día para otro el habla común y el lenguaje de los periódicos. Sólo al final de su vida vivió Proust enclaustrado en su dormitorio de cortinajes echados durante el día y paredes forradas de corcho, y aun entonces aprovechó sus penúltimas fuerzas para salir a ver alguna cosa que le interesaba, para visitar de nuevo un lugar que deseaba describir con un máximo de precisión o encontrarse con alguien que le suministraría alguna dosis del material con el que modelaba un personaje. Un día de mayo de 1921, ya muy debilitado, fue al museo del Jeu de Paume para observar de cerca la Vista de Delft de Vermeer, no por amor desinteresado a la pintura sino porque ese cuadro precisamente era el preferido de su novelista inventado Bergotte, cuya muerte había contado ya.

Testigos que lo veían entonces en París recordaron que tenía una palidez de ultratumba. Jean Cocteau fue a visitarlo una noche de invierno durante la guerra y al verlo envuelto en mantas y pieles, en su gran piso helado, en la penumbra del toque de queda, pensó que se parecía al capitán Nemo después de quedarse solo en su submarino.

Muy enfermo, más débil aún por la falta de ejercicio, la tarde del Jeu de Paume Proust sufrió un desvanecimiento delante de ese cuadro que era para él un emblema de la capacidad suprema del arte para apresar la belleza y el temblor de lo real y hacer duradero lo más fugitivo: esa mancha dorada del primer sol de la mañana en un muro de ladrillo. Un amigo lo sostuvo en pie. Volvió inmediatamente a casa y le pidió a Céleste Albaret, su ama de llaves y enfermera y secretaria, las páginas del manuscrito en las que estaba contada la muerte de Bergotte. Y se puso a tachar y a corregir y agregar de modo que la experiencia de su pérdida de conocimiento y su miedo a morir enriqueciera la escena de la agonía de su personaje.

Escribiría hasta quedarse sin fuerzas, hasta que la mano ya no pudiera seguir sosteniendo la pluma, bajo la luz eléctrica de su dormitorio, sin enterarse de si era de noche o de día, sobre una mesilla inestable de bambú no mucho mayor que una bandeja de desayuno, las hojas del manuscrito desplegadas sobre la cama o caídas por el suelo, la letra cada vez más rápida, más pequeña y rasgada, una línea nerviosa como de sismógrafo, como un registro de los impulsos eléctricos de la actividad cerebral.

Unas veces la letra avanza sobre las hojas a tal velocidad que acaba pareciendo una taquigrafía indescifrable

Después de treinta años de mi vida leyendo a Proust, con una emoción que el tiempo y la familiaridad hacen cada vez más intensa, he visto por primera vez de cerca su letra, los primeros borradores tentativos de À la recherche, los cuadernos verticales y estrechos con sus tapas art nouveau, las libretas escolares rayadas, con los márgenes apurados por la codicia de la escritura, con las tapas de cartón desgastadas. He empujado la puerta de una sala con iluminación tenue, para no dañar el papel, en la Morgan Library, en la primera hora del primer día de la exposición dedicada al centenario del primer tomo de la novela, Du coté de chez Swann. Algunos proustianos más resueltos que yo me habían precedido. Nos movíamos en silencio de una vitrina a otra, y lo que nos estremecía, lo que nos agrupaba en una fraternidad sigilosa, no era tanto la materialidad estática del papel como la revelación visible del proceso de la escritura. Allí estaban las primeras incertidumbres, el tesón de persistir en algo que no se sabe todavía lo que es. En algún momento Proust se pregunta, en uno de esos cuadernos primeros, si lo que ha de escribir, lo que le viene rondando la imaginación desde hace tanto tiempo, será o no una novela, o quizás un ensayo literario, o un tratado filosófico. Escribe y tacha, cuenta un episodio que no sabe a qué pertenece y años después, en otro cuaderno, lo escribe de otra manera.

Unas veces la letra avanza sobre las hojas a tal velocidad que acaba pareciendo una taquigrafía indescifrable. Otras, por cada palabra, cada frase concluida, hay una tachadura.

Al cabo de un rato de observación cuidadosa hay nombres, pasajes manuscritos que puedo descifrar y reconocer: estoy viendo surgir por primera vez, delante de mí, como se vería en otro tiempo formarse una fotografía en el líquido del revelado, un fragmento de algo que ahora forma parte de mi archivo indeleble de la literatura. En una carta Proust felicita a Camile Saint-Saëns por su sonata para violín y piano: en un lugar de los manuscritos la sonata que escuchan Swann y Odette aún está identificada expresamente como la de Saint-Saëns. Poco después, en otra de las versiones sucesivas, la química de la ficción ha actuado y la música pertenece al compositor inventado Vinteuil.

La novela se extiende tanto que ya no puede caber en un solo volumen. La novela crece expandiéndose y ramificándose con una fecundidad orgánica que abarca la vida entera de su autor, y que se alimenta no sólo de su memoria sino también de lo que está ocurriendo mientras escribe. Cuando llega la guerra en 1914 y se detiene la publicación del segundo volumen, la guerra misma entra en la novela ya omnívora. En una vitrina, en el centro de la sala, en la Morgan Library, está lo que Proust nunca vio: la edición completa en siete tomos que sólo apareció en 1927, cuando llevaba muerto cinco años. No hay monumento fúnebre más noble para un escritor.
Marcel Proust and Swann’s Way: 100th Anniversary. The Morgan Library & Museum. 225 Madison Avenue. New York. Hasta el 28 de abril.
www.antoniomuñozmolina.es


el dispensador dice: descubrí que hubo un tiempo ganado, descubrí que hubo otro tiempo perdido, descubrí que hubo algún tiempo extraviado, también descubrí que alguno fue desconocido, hubo una dimensión que caminó conmigo, hubo otra que sirvió de abrigo, en una de ellas me sentí elegido, en otra padecí negaciones y olvidos... ¿crees que no supe distinguir las mentiras, o bien, que no supe sostener a aquellos que se decían amigos?... sólo permanecen los afectos sentidos, los demás se evaporan como si no hubiesen jamás existido. Escribir me mantiene vivo... no puedo disimular aquello que he sentido, me he identificado con lo genuino, a veces decir lo que se siente significa quedar "mal visto"... las personas no quieren ser descubiertas, desean permanecer vivas pero muertas, sin que nadie les diga que son desiertas, que las mentiras que dicen producen vergüenzas... no pude explicar que el tiempo pasado es un lapso "grabado", que todo se ve incluso el fracaso, que aún cuando se cambie de lado, los espíritus saben reconocer a aquel que ha nadado, sin claudicar a pesar del cansancio... ya me voy, lo que he hecho y dicho ha quedado plasmado, cuando sea alma me elevaré y permaneceré observando... repito que he respondido según lo que la vida me fue entregando, no supe vivir sin haber amado... no hubo apuestas, ni gestos dibujados... aquello que fui, es mi eco vibrando. Febrero 25, 2013.-
No he perdido mi tiempo,
no he negado mis sueños,
he ido creando créditos,
para sembrar otros cielos.

ALQUIMIA DE LOS SENTIDOS ▲ Juego de influencias y miradas | Cataluña | EL PAÍS

Juego de influencias y miradas | Cataluña | EL PAÍS

Juego de influencias y miradas

La seducción que ejerce la pintura en la fotografía antigua y contemporánea, objeto de una exposición organizada por Caixaforum y la National Gallery


En 'Mantenlos dulces', 2010, de Maisie Maud Broadhead, el fotógrafo realiza una alegoría literal del cuadro barroco 'La riqueza', de Vouet, pintado en 1635.

El 3 de mayo de 1808 las tropas napoleónicas fusilaron a un grupo de guerrilleros españoles que se oponían al dominio de las tropas invasoras francesas. El dramático momento lo plasmó Goya en su pintura Los fusilamientos del tres de mayo. Doscientos años después, José Manuel Ballester, recrea la misma escena a partir de una fotografía del mismo tamaño que la obra original, en la que ha eliminado, digitalmente, a los soldados y sus víctimas y tan solo queda la lámpara y el charco de sangre, por lo que el espectador, que reconoce el entorno utilizado por Goya, tiene la sensación de asistir al momento inmediatamente posterior al fusilamiento.

La obra es una de las 130 que pueden verse en la exposición Seducidos por el arte. Pasado y presente de la fotografía, que analiza la relación entre la fotografía antigua y la obra de algunos de los fotógrafos más innovadores de la actualidad con la pintura. Organizada por la National Gallery y la Obra Social de La Caixa. Tras verse en Londres, ayer se inauguró ayer en Barcelona hasta mayo.


La obra de Ballester, '3 de mayo' que evoca la de Goya sobre los fusilamientos y donde los personajes se han eliminado digitalmente

Retratos, desnudos, naturalezas muertas y paisajes de pintores como Turner, Ingres, Vernet, pero también Boticelli, Velázquez o Caravaggio, inspiraron muchas de las fotografías creadas a partir de la segunda mitad del siglo XIX. También los trabajos de muchos artistas contemporáneos, compartiendo objetivos, estilos visuales y planteamientos técnicos. Algunas influencias son muy evidentes, como las imponentes vírgenes de carne y hueso recreadas por Maise Broadhead y Helen Chawick, que beben directamente de obras como La riqueza, pintada por Simon Vouet en el siglo XVII, o la Virgen de la leche, que el Maestro de Castelsardo pintó en el siglo XV, y que ha descendido desde Museo Nacional de Arte de Cataluña, MNAC, donde se expone, hasta Caixaforum, para formar parte de este exposición.


En otras, la influencia es más sutil. Es el caso de La habitación destruida, una fotografía de color en gran formato de Jeff Wall que abre la exposición. En esta especie de ‘paisaje de después de la batalla’, en la que la estancia aparece arrasada, podemos ver, eso sí, tras una segunda lectura, que estamos, por composición y color, ante una moderna La muerte de Sardanápalo, una de las pinturas más famosas de Delacroix.

Este juego de miradas y de influencias, de búsqueda de puntos en común y fuentes de inspiración, es lo que pretende la exposición. La comisaria Hope Kingsley, conservadora de Educación y Colecciones del Wilson Centre for Photography, explicó durante la presentación de la muestra, que el "montaje busca que el visitante se mueva por la sala buscando la comparación entre las obras y las imágenes". La cantidad de imágenes hace que el ejercicio pueda llegar a ser agotador.



‘La espléndida riqueza de junio’, de Latour (1886) y, a la izquierda, ‘Blow Up’, de Ori Gersht (2007).
Retratos de familia actuales de la mano de Tina Barney, Thomas Struth y Martin Parr, contrapuestos con las pinturas de Thomas Gainsbororugh o Van Dyck, donde se aprecia que este género se ha modernizado poco; imágenes llenas de candor, como las de la joven en bañador de Rineke Dijkstra que nos remite a la mismísima Venus pintada, seis siglos antes por Boticellí; el espectacular tatuaje en forma de pulpo que cubre casi todo el cuerpo de un hombre fotografiado por Richard Learoyd en 2011, que nos trae a la memoria la clásica escultura de Laocoonte y sus hijos; la naturaleza muerta y explotada —literalmente— creada por Ori Gersht, una de las obras con más fuerza de la exposición, situada junto a un bello bodegón floral de Latour; la imagen del bombardeo estadounidense contra posiciones libanesas en 2001 que capturó con su cámara Luc Delahaye, junto a La batalla de Jemappes pintada por Émile Vernet en 1821, o la enorme fotografía del mismo autor sobre una reunión de la OPEP celebrada en Viena en 2004, que a escala real tiene mucho que ver, por sus claroscuros barrocos, con las obras de Caravaggio, son solo unos cuantos de los juegos de influencias y miradas que propone esta “activa” exposición.

Las obras, procedentes de más de cuarenta museos y colecciones de todo el mundo, como el Louvre, El Prado, el Museo de Orsay, la Biblioteca Nacional, el MNAC o la Tate Gallery, el Victoria and Albert Museum y el Wilson Centre for Photography, los tres de Londres, viajarán en junio a Madrid.


el dispensador dice:
¿por qué una obra de arte ocupa espacio?,
¿por qué la forma da vida a un trazo?,
¿por qué el color toma de la atención un rasgo?,
¿por qué un ramillete abre un gesto que trasciende la mano?,
¿qué hay detrás de un silencio olvidado?,
¿qué queda detrás de aquello que no fue pronunciado?,
¿qué movilizó a un pensamiento para ser amado?,
¿qué fue de aquel gesto que quedó en el aire, vibrando?,
¿se asomó a otra vida,
a otro momento,
o se fue esfumando?,
¿qué hubo después de aquel llanto?,
¿se secó la lágrima,
o la sal permaneció esperando?,
¿hubo una sonrisa escondiendo pasados,
o el sentimiento se extinguió entre los prados?,
¿hubo un amague hacia un incierto llamado?,
¿o bajó la vista y se resguardó callado?,
galería de arte, recorrido paso tras paso,
admirar la obra es sentirse amado,
detener la mirada alimenta un ocaso,
algunos visitantes pasan de largo,
otros descubren a un artista  que los ha enlazado,
algo los obligó a quedarse parados,
absortos, quietos, como conquistados...
no pudieron moverse,
por un rato largo,
permanecieron allí hasta ser liberados...
¿qué los atrajo?,
la alquimia de los sentidos deja a los sentimientos arados,
listos a recibir semillas,
de otros momentos intangibles, nunca aprendidos,
siempre olvidados.
Febrero 25, 2013.-

domingo, 24 de febrero de 2013

ENSUEÑOS ▲ El sonido de la naturaleza | elmundo.es

El sonido de la naturaleza | elmundo.es

Foto

CIGÜEÑAS POR LA NOCHE


Carlos de Hita

Un aguardo en un pinar isla, una mata de grandes pinos piñoneros con algunos eucaliptos intercalados,  junto a un río y rodeada de campos de labor. La noche está desapacible, con rachas de viento que arrancan un siseo agudo a las acículas de los pinos.  Unas veces se desata un chubasco; otras, la luna  asoma por un claro en las nubes. Pero, en general, la cobertura es total y una luz lechosa baña la atmósfera del bosque, bajo las grandes copas. Luz sin sombras.

Pero incluso a estas horas, de vez en cuando unas cigüeñas se animan en el nido. Un suspiro y unos picoteos las delatan en plena cópula. Y la algarabía consecuente, cuando toda la colonia, en grupo, empieza a crotorar, a tabletear con los picos y el bosque se llena de aplausos.


Estos bosques aislados, rodeados de campos cultivados –es decir, de topillos y demás roedores- son el refugio preferido para algunas rapaces nocturnas. Lejos llama un búho chico. Otro pasa más cerca, volando en círculos y trazando los límites de su territorio al tiempo que da unos palmeteos de alas bajo el cuerpo.


Cerca de las cigüeñas, tan escandalosas como ellas, unas garzas reales también ha instalado sus nidos.  Los graznidos guturales, arrastrados, se escuchan desde lo alto.

Y para completar el momento, unos zorros andan  encelados y rellenan con sus voces y ladridos el  fondo del pinar.


La escena empieza a ponerse interesante cuando un nuevo chubasco indica que es hora de volver a casa.



el dispensador dice:
creí haber escuchado un diálogo de aves,
pero es noche cerrada,
y eso no debería suceder...
ocurre que ellas perciben lo que nuestros sentidos no pueden,
y pueden indicar alteraciones,
aparentemente intangibles...
me he acostumbrado a atenderlos,
me he llevado muchas sorpresas,
¿sabes?... 
detectan sismos con días de anticipación,
pero recientemente,
recientemente he descubierto,
que reconocen los efectos de las manchas solares,
anticipando lluvias de radiación,
que afectarán la Tierra en días subsiguientes...
¿sabes?...
me gustaría ser pájaro...
llevo una pluma blanca en mi alma...
la hallé un día, 
perdida en un recóndito lugar,
en la cordillera de los Andes,
en un lugar donde no debería estar...
entendí que era para mí,
y la conservo...
pregunto...
¿qué fue de aquellos que arrojaron a la hoguera aquellas otras plumas?,
esas que habías recogido pacientemente,
las quemaron junto con sus ilusiones,
fumigando sus esperanzas con desprecios...
¿sabes?...
hay gentes que no aprenden nada de esta vida,
¿sabes por qué?...
porque tampoco han aprendido nada de sus anteriores (vidas)
Febrero 24, 2013.-
permanezco en mis ensueños...
esa pluma blanca me permite volar,
desprenderme de mi cuerpo,
liberarme del mañana necesario.

EL CUSTODIO ► El fiel guardián del legado andalusí | Cultura | EL PAÍS

El fiel guardián del legado andalusí | Cultura | EL PAÍS

El fiel guardián del legado andalusí

Ismael Diadié salvó 7.000 documentos del valioso Fondo Kati antes de huir de Malí


Los manuscritos de la biblioteca del Fondo Katí de Tombuctú (Malí), uno de los grandes legados andalusíes. / SERGIO CARO (EFE)

Su estirpe lleva impresa en la piel medio milenio de Historia, de huida, de amenazas... de orgullo y valentía. “Soy una más de los miles de personas que tuvieron que dejar Malí para refugiarse en otros países”, confiesa con voz serena Ismael Diadié, último descendiente de la dinastía Kati de Malí. Diadié se ha instalado temporalmente en España tras pasar por Suiza y Francia. Tuvo que abandonar su país en abril del año pasado tras la caída de Tombuctú en manos yihadistas, y dejó allí miles de manuscritos sobre la huella andalusí conservados desde el siglo XV y que él mismo, tras heredarlos de sus antepasados, recuperó junto a su padre a finales de los años noventa del pasado siglo.

 “No hemos perdido documentos, aunque hemos tenido que dispersar gran parte del fondo”, señalaba Diadié el miércoles en Jaén, adonde se desplazó para hablar a los universitarios de la situación bélica en su país y del esquilmado patrimonio histórico. Destacó que también se han salvado los documentos que quedaron a cargo de su conductor, Baba Pascal Cámara, que los ocultó y protegió de las continuas visitas que los radicales realizaron a la Biblioteca Andalusí con la clara intención de acabar con ellos. No tuvieron la misma suerte miles de documentos del centro Ahmed Baba, que fueron quemados.

La Biblioteca Andalusí de Tombuctú es una de las principales referencias bibliográficas de Al-Andalus, con más de 7.000 documentos de diversas épocas. Su financiación corrió a cargo de la Junta de Andalucía, que, en 2002, invirtió 120.000 euros como ayuda a la cooperación para levantar un edificio donde albergar estos documentos. La Junta actuó así tras la publicación de un manifiesto en defensa de ese fondo, firmado por escritores como José Saramago, Antonio Muñoz Molina o Juan Goytisolo y que impulsó el poeta José Ángel Valente, con cuyo nombre se bautizó la biblioteca.

Pero el convenio con la Junta iba más allá, y preveía la difusión de ese valioso legado. “La programación con la Junta no se ha podido cumplir por circunstancias ajenas a nosotros, pues desde 2010 no era posible invertir porque Tombuctú estaba en una zona de línea roja”, admitió Diadié, quien esta semana se ha reunido con la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo para retomar ese acuerdo de colaboración.



Ismael Diadié. / JOSÉ MANUEL PEDROSA

Su vida reciente parece digna de una película de aventuras. El patriarca de la familia Kati explicó a los universitarios jiennenses cómo él y su padre rescataron ese legado al saberse descendientes de Alí ben Ziryab al Kuti, originario de Toledo que abandonó la ciudad en mayo de 1468 y llegó a Tombuctú llevando consigo los primeros manuscritos de lo que, con los siglos, se convertiría en una ingente memoria escrita de la familia.
Durante el siglo XIX y ante el temor de que la inestabilidad en la zona pusiese en peligro el legado, los fondos se distribuyeron entre miembros dispersos del clan. Diadié y su padre recorrieron aldea por aldea y lograron salvar 3.000 documentos de entre los siglos XII al XIX. Al menos 300 de esos legajos son de autores andaluces, 100 de renegados cristianos, 60 de comerciantes judíos y el resto de temática árabe variada. Es una biblioteca fundamental para comprender la penetración del islam en España o el destino de centenares de familias visigodas tras la caída del reino de Toledo.

“No se puede concebir la historia de Malí sin la historia de Al-Andalus”, explica Diadié, escéptico ante el futuro de su país. “Va a ser el futuro de cualquier estado que tiene petróleo, gas natural o uranio, es decir, un futuro incierto”, añade, después de recelar abiertamente de la ocupación por las tropas francesas: “En las relaciones internacionales no hay buenos samaritanos, siempre hay intereses de todo tipo”, remacha.

Ismael Diadié denunció la continua violación de los derechos humanos desde el golpe de estado de abril de 2012. Desde la matanza de personas y cortes de las manos a sublevados, violación de mujeres y la destrucción de un valioso patrimonio artístico, entre ellos 16 mausoleos y daños irreversibles en las mezquitas declaradas patrimonio mundial. Es el triste recuerdo que guarda en su cabeza el fiel guardián del legado andalusí.



Claves de un legado

Ismael Diadié es el último descendiente de Alí ben Ziryab al Kuti, ciudadano de Toledo que abandonó la ciudad en 1468 y se instaló en Tombuctú.
La Biblioteca Andalusí de Tombuctú es una de las grandes referencias bibliográficas de Al-Andalus, con más de 7.000 documentos. Fue financiada en parte por la Junta de Andalucía.
Diadié y su padre recorrieron cientos de aldeas para salvaguardar miles de manuscritos de este tesoro de papel. Vive temporalmente en España.


el dispensador dice:  una vez, de paso por El Cairo, tuve la oportunidad de conversar con un viejo y para nada renombrado egiptólogo, británico él... ¿Usted cree que lo importante de esta cultura se perdió?, me dijo... y siguió: para nada... o bien fue a parar a colecciones privadas o bien fue salvaguardado por los "custodios" del más allá, esos que aparecen en los momentos justos en que la historia humana paradigmática puede ser destruido por diablos disfrazados de humanos, en nombre de culturas y filosofías que sólo sirven para confundir y diezmar... curioso, pregunté: ¿hay muchos de esos custodios de las verdades ancestrales?... sí, por suerte, sí, me respondió... acotando: pero no siempre aparecen, y no sé qué hace que lo hagan o qué no... supongo que dependerá de la importancia de las fuentes que deben ser conservadas para la posteridad, o al menos para alguna posteridad. Asentí con la cabeza, sin pronunciar palabra... en lo íntimo coincido... ya que los seres humanos no ven más allá de sus ojos, y siempre ocurre "algo más" a su enderedor, algo que nadie ve, ni siquiera intuye. Años antes me había tocado vivir una suerte semejante con algunos documentos ignotos de la lengua guaraní... uno de esos custodios había aparecido y me los puso en mis manos... "consérvalos", me dijo... deben esperar su momento. Luego de muchos años de deambular por la vida, he aprendido a reconocerlos... son muchos los custodios de los "hechos"... y aparecen de la nada, siempre que algo "llave" entra en riesgo... y siempre se salen con la suya. Es más, los he visto llegar tarde a una hoguera y conseguir restituir los "hechos" hasta darles su forma original... no hace mucho, aunque tampoco hace poco, uno de ellos me dijo: "lo que debe estar a salvo de las miserias humanas... forma parte de la creación, siempre, porque ése es el designio del verbo". Lo estreché en un abrazo... pero al desprenderme, allí no había nadie... y el puente de París no quiso ser testigo del acontecimiento. Febrero 24, 2013.-